domingo, 3 de junio de 2007

Palabras que escuecen

“… y en la escalera nos besamos. Yo no me lo esperaba. ¡Fue tan bonito! Hemos quedado para salir esta tarde, ¡qué feliz estoy!”.

Tú me hablabas con tu sonrisa infantil y mirándome con esos ojillos de ratón travieso, ignorando que esas palabras hurgaban en mi alma como una cuchilla oxidada, desgarrando todo con un escozor que aún hoy me produce sabor amargo en la boca. No sabías la tortura que suponía para mí pensar que los labios que besarían esa carita de miga de pan no serían los míos. Creo que algún día aprendí a dejar de quererte. O al menos, domestiqué una parte de mí para que no me doliera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que sepas que me ha sorprendido muchísimo este relato, Javi! Me encanta!! Enhorabuena

Anónimo dijo...

el relato es muy bonito. a veces quieres complacer a tu enamorado y como no lo puedes tener le escuchas todos sus escarceos y eso duele...

re: el mito de la media naranja me parece de los más bonitos que he leído del mundo griego (tengo el libro más completo que existe de mitología griega así que sé de lo que hablo xdd). el mito del amor ciego y despistado probablemente ocupe también un huequito en mi nueva sección. la grecia antigua da para mucho amigo mío!

y te agrego ya a mis links para seguirte!

beseteee