Vámonos de mani
Ayer escuché en Onda Cero la entrevista que realizaron a un comerciante de la zona de la plaza de Colón, que se quejaba por las interminables manifestaciones que cada fin de semana se llevan a cabo allí. Decía que esas continuas manifestaciones les están causando pérdidas económicas y mostraba su rechazo a la costumbre de manifestarse siempre en el mismo lugar. Desde los ciclonudistas y el orgulllo gay hasta las víctimas del terrorismo –cada asociación por su lado–, todos tienen la Cibeles como punto de partida de sus movilizaciones. Me pregunto si, como en Tenerife, los vecinos irán a los tribunales para pedir que se prohíban las manifestaciones en la zona. Ya estoy viendo las reacciones de los organizadores: "Qué gente más amargada, si esto es sólo una vez a la semana".
Yo creo que la solución más idónea sería que se pusieran todos de acuerdo, quedaran todos el mismo sábado y ya no habría necesidad de molestar otro día a los pobres vecinos y comerciantes de la zona. Claro está, la combinación de lemas de los manifestantes sería curiosa, cuando menos: "¡Zapatero dimisión!, ¡Orgullo gay!, ¡No a la guerra!, ¡Tu culo es mi culo!, ¡Queremos saber!". Banderas republicanas junto a banderas con el aguilucho; curas y obispos al lado de drag-queens; Acebes codeándose con José Blanco... Un momento memorable digno de ser grabado en DVD junto a los mejores momentos de Arévalo. Luego además sería todo un desafío la labor de contar el número de asistentes, con la guerra de cifras que siempre se desata entre unos y otros. Al final acabarían diciendo que asistieron 44 millones de personas, así seguro que nadie se queda corto.
En vista de que los políticos sólo se ponen de acuerdo para subirse el sueldo, confiemos en que algún día los ciudadanos nos unamos y que las manifestaciones por la paz y contra la guerra y el terrorismo sean realmente por laz paz y contra la guerra y el terrorismo y no contra el gobierno de turno. Tampoco creo que pida mucho.
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